Esta hermosa mujer, con sus 84 años recién cumplidos, nos regaló su presencia en una larga charla, casi íntima, a los cincuenta que tuvimos el placer de compartir su palabra cálida, filosa, comprometida, inquebrantable, innegociable. Capaz de decir sus cosas, aún las más dolorosas para ella, con una firmeza pétrea que parece no conjugar con su perenne sonrisa y esa mirada clara que le da una ternura y una calidez que emociona.
En ese cuerpecito frágil se acumula tanta honestidad, tanta ética, tanta lucha que conmueve y compromete a continuar batallando.
Gracias NORITA, gracias a todos los que se acercaron.



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