Bernardo Salgueiro, 22 años, de nacionalidad paraguaya
Rosmary Churapuña, 28 años, boliviana.
Juan Quispe Castañares, 38 años, boliviano.
Tres asesinatos. Tres seres humanos.
Sin significación alguna para una porción mayoritaria de los porteños, llevados de las narices por los cantos de sirena de los medios masivos de (des) información.
Esa misma gente de bien que sabe guardarse la discriminación en el bolsillo cuando se trata de usufructuar el producto de la superexplotación de la que son víctima los trabajadores de los países limítrofes, reducidos a la servidumbre en los talleres clandestinos de confección de indumentaria, en la construcción ó como personal doméstico.
La misma gente de bien que aprueba la represión lisa y llana - antes que cualquier otra instancia de diálogo - de los ocupantes de terrenos tapizados por yuyales y ratas en un barrio del sur de la ciudad, tan abandonado como olvidado de las preocupaciones del jefe de gobierno de la ciudad, siempre rápido de reflejos para dar luz verde al millonario negociado de las cadenas inmobiliarias, con la consecuente destrucción de la calidad de vida de los porteños.
Para todos aquellos que todavía albergan sentimientos de humanismo y solidaridad, nuestra convocatoria a cerrarle las puertas a la xenofobia y a la discriminación, como así también a la denuncia de la emergencia habitacional de aproximadamente 600.000 habitantes de nuestra ciudad, ignorados por la incapacidad y por la visión elitista y mercantilista de la gestión macrista.
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